miércoles, 17 de junio de 2015

Autenticidad

Prefiero la autenticidad al cariño,
la prefiero antes que un beso, una caricia o un abrazo.
Antepongo la autenticidad al trato amable,

la antepongo a la perfección.

Me gusta la autenticidad de las personas imperfectas,
de las personas que no tienen nada que perder
ni que demostrar, que no tienen nada que ganar.
Me gusta la autenticidad de l@s borrach@s y la inocencia de l@s niñ@s.
Me gusta la autenticidad de l@s ancian@s, que han aprendido a aceptar y no tienen nada que esconder.


Prefiero la autenticidad de un rostro triste 
que la sonrisa falsa.
Prefiero la autenticidad de las riñas en familia
que la amabilidad desconfiada de gentes extrañas.

Me gusta esa autenticidad que se ve en la mirada.
No me gusta que me encasillen, encasillarme ni encasillar.
Me gusta la libertad y ser quien soy sin cadenas que me aten.
No me gustan los protocolos, que coarten mis impulsos sanos. No me gusta.

No soporto las caretas, ni los disfraces.
Me encanta el arte como espejo de lo que llevamos dentro.
No soporto que me digan “no se puede”.
Me encanta que se luche por los sueños.
No soporto que no se den segundas oportunidades.
Me encanta la acogida sin maquillajes, sin intereses.

No soporto la obligación sin motivación.
Me encantan los espíritus libres.
No soporto los discursos sobre los valores.
Me encanta que haya vidas que trasmitan grandes ideales.

Antepongo la autenticidad a las apariencias,
a los prejuicios, a las modas, al “qué dirán”.
Antepongo la autenticidad de la soledad
a las amistades de papel.

Opto por la autenticidad antes que por el elogio.
Opto por la sinceridad porque exige valor.
Opto por la fidelidad antes que por la protección.
Opto por la verdad acompañada por la compasión.
Opto por el Amor antes que por... cualquier cosa. Más allá del color de la piel, origen, etnia, religión, creencias, cultura, orientación, historia, elecciones, circunstancias, educación, apariencias o actos.